Muchas personas consideran el arte urbano como vandalismo y a los artistas como pandilleros debido a que se piensa que los artistas destruyen la ciudad o le da una mala apariencia a una ciudad el hecho que las paredes sean garafateadas o manchadas. En el pasado esto se consideraba vandálico pero este pensamiento ha ido cambiando con el tiempo y para evitar problemas legales con la ley se han creado áreas en varias ciudades lugares donde los artistas puedan crear su arte sin ningún problema con la ley. Pero que creen los artistas sobre este pensamiento, muchos de estos han declarado que el vandalismo no tiene sentido eso no es arte y no tiene belleza ¿Por qué crearían o harían algo malo como el vandalismo? ellos solo desean expresarse sin hacer algún daño. Las personas que causan actos vandálicos lo único que hacen es destrozar la el área urbana, y los verdaderos artistas nunca harían tal cosa desagradable a la ciudad. Por estas razones muchas ciudades decidieron brindar a los artistas espacios para que pudieran expresarse, según las leyes es prohibido ya que daña el orden espacial y publico, las personas que pintan las paredes clandestinamente dan una mala imagen y se les castiga con una multa o cárcel, Ensuciar las paredes es muy diferente a hacer un grafiti ya que es un gesto de burla y da una mala imagen y esto nunca va ser arte solo un simple acto vandálico.
Como es lógico, la idea de que la expresión artística pudiera considerarse vandalismo no está extendida entre los artistas. «El grafiti es 100 % arte», afirma Pearce. «Es un símbolo de rebeldía; presenta una nueva y fantástica forma de creatividad, pero lo que hace que sea arte es la opinión personal. Creo que cualquier cosa es arte si tiene un significado para ti». Pero hay una línea moral que no se debe sobrepasar. «El grafiti podría categorizarse como vandalismo o 'garabato' cuando es un parche al azar en cualquier pared vieja y sin significado», asume Pearce.
Se necesita hacer una distinción importante entre el grafiti y el arte urbano. «Hay diferencias clave entre los dos y una contradicción en la manera en la que se trata a cada uno en la Era Moderna; a la vez, ambos se refieren variablemente al 'arte en la calle'», dice Harvey, y puntualiza que «es solo desde el nacimiento de la publicidad que hacer grafitis en público se ha vuelto ilegal».
Kulman reitera la visión de Pearce de que no hay límites morales, pero insiste en que esa decisión depende básicamente de cada artista: «La respuesta a esta pregunta es si el grafiti profana o destruye la propiedad pública», comenta. «Muchos artistas que pintan grafitis creen que la propiedad pública es el mejor lienzo para exhibir su trabajo artístico, sobre todo si manifiestan opiniones sociales o políticas»
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